Como en muchas cosas, uno puede elegir cómo tomar algo o cómo verlo y eso mismo me pasa con la rutina.
Tengo una costumbre de pensar en la rutina y ver gris, ver vacio, y en parte es cierto. Digamos que es una cara del mismo color.
A veces siento que la rutina no me deja salir, no me dejar SER, me condiciona y al fin me hace menos libre, es como algo que nos tapa, no deja de rodearnos y nos vuelve muy superficiales. Tener que llegar acá o allá, termina por tener tal importancia que no importa cómo vamos, con quién vamos y demas cosas que en el día a día vamos dejando en segundo plano.
Muchas veces pensé en la cuidad y la definí como un lugar donde somos mucha gente, pero estamos todos solos, caminando mientras miramos nuestros pies, solos. Realmente no nos importa si el de al lado se cayó o si la chica que nos cruzamos hace dos baldozas y media estaba llorando. Simplemente vamos. FOCALIZADOS EN LLEGAR, nada mas ni nada menos que el aparente único sentido de la vida, LLEGAR.
Vivimos tratando de llegar, llegar a juntar la plata para comprar esas zapatillas, llegar a caerle bien a esa chica que está en tu cabeza todos los días, llegar a terminar el TP de turno. LLEGAR!
La cara gris de la rutina podriamos resumirla en llegar, entonces.
Muchas veces por llegar, ni si quiera podemos escuchar a alguien que necesita contarnos sus problemas, necesita apoyo, o un oido.
Alguien crucial en mi vida me enseñó a nunca responder que estoy bien cuando me preguntan y nunca permitir que me lo respondan, porque lo único que la gente espera es eso, un BIEN, superficial y mentiroso, gris y vacio, RU TI NA RIO, repetido y demás.
Nadie quiere que le expliques porque estás... euforico, pleno, con ganas de llorar, triste o con besos por dar, por ejemplo. Y nadie quiere tampoco andar sacándose la máscara del "bien, y vos?", porque eso los obliga a ser sinceros y, en parte a desnudarse, entonces decimos "bieeen!", pero no! no estamos bien. Estamos como estamos y eso tiene una razón y obvias concecuencias en nuestras decisiones. Entiendo que a veces no es fácil contarlo, yo por mi parte se que hay gente dispuesta a escucharme y otra que no, pero siempre soy sincero, o eso intento.
Por otro lado, la otra cara que es una no tan común ni fácil de ver:
Se bien que soy mas sensible de lo que se ve, todo me llega de todos, muchas veces me doy cuenta de cosas y me sorprendo de cómo me doy cuenta si nadie lo vió. Bueno, supongo que es gracias a mi sensibilidad y, ojo, no me refiero a andar llorando por la vida "porque soy sensible". Me refiero a que muchas veces, como alguna vez me dijo alguien, puedo ver más allá y eso me demuestra cosas que talvez no estoy listo para ver.
Por mi sensibilidad, quizás, me cueste tanto mantenerme CERCA (porque jamás llegué) del equilibrio, siempre hay algo que me tiene temblando las ideas, siempre algo que hace que mi cabeza gire y gire sobre un tema, sobre una pregunta.
La otra cara, el verdadero punto, es aquella que me salva de mí mismo, me ayuda a que las cosas no me duelan tanto, ya que muchas veces mi sensibilidad no me deja estar tranquilo y me viene con cosas que me sacan de "eje" y me ponen un poco mal.
Siempre que estoy muy mal, ademas de esa gente que nunca querré perder, la rutina me protege, me distrae. Es mi método de defensa, es mi escudo gris y superficial, que cuando llego a casa o se hace la hora de hablar con la almohada, me puedo sacar y así poder ver mi herida abierta y tratar de parar la hemorragia.
Pero gracias a la rutina no sangro todo el día y la verdad que no se si a todos les pasa, pero termino por tomarle un cariño raro a la rutina. Así es como la veo , es una relación un tanto renegada la que tenemos y se que a veces quiero escapar de ella, pero hay otras en que realmente la necesito para no colapsar.
domingo, 29 de mayo de 2011
domingo, 22 de mayo de 2011
Hay días..
Si quisiera poder hablar de todos los tipos de días que tenemos no podría hacerlo jamas, ni en mil entradas.
Hoy quiero hablar de esos días que no los tenemos, sino que, en realidad, nos tienen a nosotros.
Me refiero a esos días en los que no parecemos nosotros, donde no seguimos nuestro propio patrón, porque muchas veces las circunstancias del día nos obligan. Bueno, así fue mi jueves.
El día empezó a las 5.30, escucho la alarma del celular sin poder creer lo rápido que pasó la tan ansiada noche, y lo poco que descansó mi cuerpo, estaba molesto y así aunque era un día bastante prematuro, yo ya estaba mal.
Con una mitad de mi mente que intenta moverme y despertarme por inercia y pura costumbre y la otra mitad que intenta que todo mi yo vuelva al mejor lugar del mundo que en ese momento puedo imaginar, mi cama, calentita, suave y cómoda.
Con una mitad de mi mente que intenta moverme y despertarme por inercia y pura costumbre y la otra mitad que intenta que todo mi yo vuelva al mejor lugar del mundo que en ese momento puedo imaginar, mi cama, calentita, suave y cómoda.
Como casi el 100% de las veces ganó la mitad "despierta" o que intenta serlo, y así, a media máquina apago la alarma del teléfono, y a contrareloj voy al baño a ponerme mas humano.
Salí del baño y después de vestirme en las penunmbras frías de mi habitación, preparé mi desayuno pero tomé la mitad porque el tiempo corrió mas rápido de lo que la mitad despierta pudo calcular, salí rapidísimo de casa con una galletita en la mano. Al llegar a lo de mi amigo y subir al auto sólo pude dormir, como si esos 20 minutos me pudieran devolver las casi 3 horas que me habían faltado dormir.
Llegué a la escuela, y así la mitad mas consciente vuelve a levantarse de entre los cadáveres de sueños y voces lejanas de la radio.
Salgo del auto, me estiro, y con mi mas apta mitad bajo el brazo, voy al baño siguiendo a mi amigo. Después, directo al comedor a dormir, "tal vez ahora me despierte mejor, con una mitad menos mitad, mas completa", OBVIAMENTE NO
Salgo del auto, me estiro, y con mi mas apta mitad bajo el brazo, voy al baño siguiendo a mi amigo. Después, directo al comedor a dormir, "tal vez ahora me despierte mejor, con una mitad menos mitad, mas completa", OBVIAMENTE NO
Estaba decidido a levantarme e ir al taller a esperar a que las máquinas mas lentas y aburridas hagan el trabajo.
Toda la mañana pasó entre darle 50 "rayitas" y tratar de no dormirme, así en un momento deje mi bufanda en el bancó.
Una vez que escuché el timbre de salida una euforia muy rara en mí me hizo apurarme hacia mi bufanda. Cuando llego, la encuentro en el piso del taller con polvo y virutas, okei la sacudo un poco y me la pongo!, he aquí la clave para un día de esos que es mejor olvidar.
Toda la mañana pasó entre darle 50 "rayitas" y tratar de no dormirme, así en un momento deje mi bufanda en el bancó.
Una vez que escuché el timbre de salida una euforia muy rara en mí me hizo apurarme hacia mi bufanda. Cuando llego, la encuentro en el piso del taller con polvo y virutas, okei la sacudo un poco y me la pongo!, he aquí la clave para un día de esos que es mejor olvidar.
Eso que pensé, sin dudar lo hice, eso provoco que mi par de lentes, cosa que no era, no ERA tan importante, saliera propulsado, sin escalas, hacia el suelo.
Si, la bufanda enganchó los lentes y al verlos en el suelo, solo pensé en levantarlos y seguir mi día como cualquier persona. Pero no, cuando me acerqué y pude ver con claridad noté que estaban ROTOS, ambos lentes rotos, pero no sólo los antejos habían estallado en pedazos, sino que también toda esperanza de poder ver cuando fuera a cazar ese fin de semana desaparecía como pavesas ascendentes en el aire, algo que deseé con todo mi ser por toda esa semana era disfrutar de la cacería.
Ese estallido fue la clave de un día destructor, sin eso él día podría haberme dejado en paz .Pero no, otra vez la realidad llegó a mi como un disparo del francotirador mas astuto.
Así, a medida que el tiempo pasaba fui notando la indefensión que los miopes sentimos sin anteojos, podía sentir como mis movimientos y mi actitud eran temerosos de todo lo que no veía con claridad.
Después no pude evitar matar el tiempo pensando cuantas cosas no podría hacer sin mis anteojos, eso, fue una de las primeras situaciones en que el día me tuvo a mi, así hice cosas que sabía que no debía hacer, pero no tenía desición sobre ellas, o eso creía.
Después no pude evitar matar el tiempo pensando cuantas cosas no podría hacer sin mis anteojos, eso, fue una de las primeras situaciones en que el día me tuvo a mi, así hice cosas que sabía que no debía hacer, pero no tenía desición sobre ellas, o eso creía.
En fin, creo que fue de mis peores días en mucho tiempo, pero lo mas curioso fue que si solamente no hubiera pasado lo de mis anteojos, el día hubiera sido otro, obviamente ese jueves quería fama y yo se la dí.
En un momento determinado del día, después de haber hecho algo muy mal, mas malo que el día en si, empecé a sentir como mi cuerpo estaba conectado con mi mente, sentía el colapso mental, esa confusión de la cual sólo podía sacar mas y mas preguntas sin respuesta.
Empecé por agitarme y respirar entrecortado, seguí por transpirar y sentir mucho calor, tanto que estaba ya sin remera, y mas tarde, lo mas extraño, algo que me había pasado una vez actuando, (y ahora se que fue por mi mente, por la concentración en la que estube en ese momento), empecé a sentir que se me dormía una mano y ese mismo hormigueo también se instaló en mis encías, la oscuridad me tapó ojos y oídos y ya era suyo otra vez, pero esta vez mas que antes. Esta vez el jueves era mi dueño y en el fondo así lo quise, sentí odio, rabia y miedo de saber que ese no era el yo que conocía hasta ahora.
El mal momento duró unos minutos y luego sólo pude llorar y sacar, con mis lágrimas todo lo que hacía efervescencia en mi pecho. Estaba muy cansado y todavia tenía cosas que hacer, entre las cuales estaba bañarme y ordenar mi habitación, y así casi a las 2 de la mañana, pude terminar con el jueves mas temible de todos los que pasé, el que me tubo. Si, fui suyo y no pude protestar, sólo esperar a que cuando se fuera yo pudiera estar con el cuerpo y la mente en una sola pieza.
Bañado, limpio y rodeado de una habitación ordenada y limpia también, pude relajarme y dejar que el viernes tan ansiado controlara y diluyera los últimos rastrojos del jueves que me hizo temblar.
Dormí, como siempre no descansé, pero dormí, y al despertarme, la mitad notó que estaba vivo y que el viernes me había liberado.
Este fue uno de esos días que nos tienen a nosotros..
martes, 17 de mayo de 2011
Probando-probando
Acá estoy, acá con todos y con nadie, esperando que aquel que lea alguna entrada se sienta mejor o identificado.
Este blog, "Desnudeces mentales" nace hoy, el mismo día del cumpleaños de mi viejo, un día en que con razones claras, vientos de muchos colores despertaron dentro mio. Si de nuevo me siento con necesidad de desnudarme, que mejor que hacerlo ante gente que no conozco, sería como hacerlo en medio del subte.
Esos vientos me provocan una revolución interna, un movimiento que no todos expresan al sentir, pero hoy uno de mis mejores amigos me demostró que yo no puedo evitar expresarlos.
Las razones, las conozco?. Seguramente Lucas, claro que si, pero aceptarlas es realmente desnudarte, ves? no es tan fácil como dijiste hace un par de líneas.
Espero que no empieces a arrepentirte de todo lo que escribís...
Espero que no empieces a arrepentirte de todo lo que escribís...
Sabes bien que lo voy a hacer, no hagas que no me conoces adelante de la gente si?
Seguis evitando contar las razones ves?
Dejá de provocarme porque estoy mas tranquilo que antes, y ya que estamos te pido que me dejes dormir esta noche.
El tema, (me la estoy jugando ves?, si, creo) es que, por un lado, me quiero ir a cazar y no veo futuro, creo que va a llover, no tiene nada que ver con que quiera, pero todo dice que si, hasta el poco confiable servicio meteorológico. Además de haberme dado cuenta que alguien estubo jugando con cosas importantes mías, y peor, me mintió, me sentí traicionado.
Por otro lado, estoy tratando de entender a una persona enferma, que realmente puede sacar lo peor de mi, creo que hasta yo me asusté aquella vez
Hay cosas buenas, claro que sí, siempre (te pones optimista, raro en vos) como el abrazo que le di al amor de mi vida, mi guía, la verdadera luz de mi vida, mi abuela Olga, que en la fundición de un abrazo entregó a mis manos su HERMOSO corazón y no pudimos evitar que nuestras lágrimas acariciaran nuestras mejillas. Sé que trataste de evitarlo, abu, pero es que sos transparente es que sos de lo que mas quiero.
Así, sin querer, no puedo evitar hacer un balance del día y por esas dos lágrimas siento que fue mejor.
Pero en mi pecho siguen las tempestades erosionando mi alma. Ella sabe que hablas de ella, pero bueno sos sincero por lo menos. Me sorprendiste mucho hoy Lucas
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